“Aprender a decir no: cómo soltar el miedo a quedarte sin trabajo y recuperar tu energía”

Durante años, esa frase ha sido mi sombra.

ORGANIZACIÓN, FOCO Y TIEMPO REAL

10/28/20252 min leer

woman showing left hand with wedding band
woman showing left hand with wedding band

La Dificultad de Decir No

Durante años, esa frase ha sido mi sombra.

Desde que emigré hace diez años, he sentido la presión de hacer malabares con un montón de tareas y responsabilidades. Cada vez que alguien me pide un favor o se me presenta una oportunidad, mi respuesta automática suele ser un apretado "sí". Sin embargo, esa palabrita tan simple puede llevarme a un estado de agotamiento extremo. Me he dado cuenta de que no saber decir no me dispersa y me impide disfrutar de las cosas que realmente importan en mi vida. Ese bendito chip en la mente de que yo "Puedo con todo".

El Miedo a Quedarme sin Trabajo

Es un miedo que me ha perseguido y que he venido trabajando a lo largo de los años. Siempre he sido muy comprometida con cumplir las leyes de cada país donde me he establecido, y ese compromiso a veces me hace aceptar trabajos o tareas que realmente no deberían ser míos. En mi camino, he encontrado que, aunque algunas tareas son gratificantes, el exceso puede llevarme a un desgaste mental y físico. Es esencial darme cuenta de que aceptar todo no es la mejor estrategia para mantener un empleo saludable y sostenible.

El Autocuidado y la Importancia de Poner Límites

No necesitas estar agotada para sentir que estás trabajando.

Después de varias situaciones en las que mi cuerpo me pasó factura, finalmente comprendí que la clave para mantener un equilibrio entre mis responsabilidades y el cuidado personal es poner límites. Aprender a decir no no significa que sea una persona egoísta; por el contrario, significa que tengo respeto por mi tiempo y energía. Ahora, trato de evaluar cada petición y de recordar que está bien priorizarme a mí misma. En lugar de abrumarme aceptando todo, estoy aprendiendo a seleccionar las oportunidades y responsabilidades que realmente resuenan con mis valores e intereses.

Esto no solo me ha ayudado a recuperar energía, sino que también cambió la forma en la que veo el trabajo. Aprender a poner límites —en lo profesional y en lo personal— ha sido un proceso difícil, pero muy liberador.

Ya no me siento atrapada entre mil cosas por hacer. Poco a poco estoy construyendo un camino más tranquilo, más mío. Uno que me lleva hacia una vida con más equilibrio, calma y satisfacción.

Ciertamente, el camino hacia el autocuidado y el establecimiento de límites no es fácil, pero es un proceso que vale la pena. Abrazar la idea de que está bien decir no me ha dado la libertad para enfocarme en lo que realmente importa. Si alguna vez te sientes abrumado por el hecho de decir sí a todo, recuerda que es un acto de amor propio aprender a proteger tu tiempo y tu bienestar.

Follow us